Es cierto, que no todos los locos son genios, ni los genios tienen que estar locos; pero es cierto que hay cierta similitud entre ambas definiciones.
Todas las personas (que se alejan de lo establecido), para descubrir su arte; y me refiero a pintores, escritores, cantantes, poetas y cualquier rama relacionada del arte; se salen o nos salimos de una realidad normalizada, para crear otra realidad que no es la establecida, que no es la generalista.
Este camino, que generalmente suele ser tortuoso (más que nada, porque se convierte en un ocio obsesivo), puede convertirse en un ocio enfermizo, donde llevar nuestro placer del arte, a cosas insospechadas.
Ese camino, lo han realizado, muchos artistas durante los últimos siglos, donde ha habido reconocimiento, (sobre todo después de su muerte ...), pero ese reconocimiento en vida, y ese salir de lo normal, implica mucha posibilidad de caer en una enfermedad psicótica, otras posibilidades de melancolía - depresión; y otras posibilidades de creer que nuestra obra, es lo más y creernos unos excelentes egocéntricos para caer en una subida, que puede afectar a nuestro estado de ánimo, y caer en un trastorno bipolar.
Si además, llegamos hasta las últimas consecuencias, podemos ver lo que imaginamos, (aunque sólo lo veamos nosotros), y eso forma parte de la esquizofrenia, en uno u otro grado.
La continua identificación de la obra, en este caso "mi obra", y el placer o necesidad de mostrarla a los demás, puede incluir que esta obra, sea una gran obra, de diferente carácter; pero si la gente le gusta mucho, nuestro ego, puede subir a momentos insospechados y eso hacernos daño a nosotros mismos.
Pudiendo crear un trastorno obsesivo, para rematar.
En este sentido, volver a pisar tierra, (aunque no nos guste), es lo mejor que nos puede pasar, ya que si hemos traspasado esas barreras anteriormente nombradas y conocido todos esos efectos; nos puede seguir jugando malas pasadas a nuestra salud.
Reconocer esa debilidad, que a veces nos hace salir de lo terrenal, hacia el mundo de la imaginación, de la creatividad y de la ilusión, nos hace salir del contexto materialista y real de la vida; donde se enmarcan la mayoría de las cosas, la mayoría de los comunes y donde surge la mayoría de las cosas.
Una pizca de imaginación, vale, pero con sentido y con control. El exceso se paga, y se paga caro ...
También recomiendo que el creador, se convierta también en espectador. Algo que suele costar también más ...
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